Receta de cremoso de miel y limón
La combinación de miel y limón siempre ha sido sinónimo de frescura y sutileza. Cuando estos ingredientes se transforman en un cremoso, el resultado es un postre suave, elegante y con un contraste de sabores que funciona a la perfección.
Prepararlo en casa o incorporarlo a la oferta de un negocio gastronómico es una forma sencilla de sorprender.
Ingredientes para el cremoso de miel y limón
La selección de ingredientes marca la diferencia. Para un resultado óptimo, es preferible optar por productos frescos y de calidad.
Estos son los básicos para 4 porciones:
- 150 ml de nata líquida (mínimo 35% de materia grasa)
- 50 ml de leche entera
- 60 g de miel (elige una miel aromática, como de azahar o romero)
- 2 yemas de huevo
- 2 limones frescos (zumo y ralladura)
- 2 hojas de gelatina neutra
- Una pizca de sal
Opcional para presentación: ralladura extra de limón, trozos de galleta crujiente o frutos rojos.
Preparación paso a paso
Comienza hidratando la gelatina en agua fría.
Mientras tanto, mezcla la nata y la leche en un cazo a fuego medio. Añade la miel y remueve hasta que se integre por completo.
Bate las yemas de huevo y viértelas en la mezcla caliente, removiendo de forma constante para evitar que cuajen.
Cuando la preparación alcance aproximadamente 82 ºC, retírala del fuego y añade la gelatina escurrida. Incorpora el zumo y la ralladura de limón.
Mezcla bien y deja templar.
Consejos para conseguir una textura impecable
Para lograr la textura cremosa deseada, es fundamental no sobrecalentar la mezcla.
Usar un termómetro de cocina ayuda a mantener el control.
También es recomendable pasar la mezcla por un colador fino antes de verterla en los recipientes, asegurando así una textura lisa y sin grumos.
Una vez lista, reparte la crema en vasitos o moldes y refrigera al menos 4 horas.
Opciones de presentación
Aunque este cremoso se defiende por sí solo, acompañarlo con elementos que aporten textura y contraste visual enriquece la experiencia.
Una base de galletas troceadas aportan un crujiente agradable.
Los frutos rojos, por otro lado, suman acidez y color, reforzando el juego de sabores.
Cómo conservarlo correctamente
Una vez preparado, el cremoso de miel y limón se mantiene en perfecto estado en el frigorífico durante 2 o 3 días, siempre cubierto para evitar que absorba olores.
No es recomendable congelarlo, ya que la textura se vería afectada al descongelar.
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